EL BAILE DEL TTUN TTUN EN EL VALLE DE RONCAL

Como hemos visto el vocablo ttun ttun es el nombre con el que se le conocía antaño al tambor de cuerdas. Con ese mismo nombre se ha conocido siempre al baile típico y tradicional del valle de Roncal. Podría encuadrarse este baile dentro de la familia de los ingurutxos. En consecuencia, era un tipo de baile que permitía encadenar diferentes danzas de forma creativa, lo que daba pie a que cada localidad crease su propia versión.




Se desconocen los orígenes de esta danza, pero sí que se sabe que se bailó en los siete pueblos del valle, y que fue en Uztárroz en el último sitió donde se perdió, allá por los años veinte del siglo XX.
Se sabe igualmente que hasta el siglo XX sólo sobrevivió en las localidades de Vidángoz, Isaba y Uztárroz, perdiéndose en ese mismo orden. En el caso de estas dos últimas localidades se llegó a tiempo de hacer un amplio trabajo de investigación, llegándose a recomponer las partituras y la coreografía.
Los trabajos de investigación realizados en 1978 por Marisol Otermin marcan con cierta precisión cuando pudo desaparecer este baile en el valle de Roncal, o al menos en alguna de sus villas; así pues, se puede estimar que en Uztárroz dejó de bailarse hacia el año 1920. Un vecino de Roncal nacido en el primer lustro del siglo XX no lo había visto bailar nunca en su pueblo, lo que nos da pie a pensar que en la villa de Roncal pudo desaparecer a finales del XIX (tal vez muy a primeros del XX). Otermin certifica en su trabajo publicado en 1979 que el ttun ttun se bailó en todos los pueblos del valle, “pues en todos ellos quedaban hasta hace muy pocos años personas que lo bailaron en su juventud”. Y sobre las causas de la desaparición de este baile parecen relativamente claras: las orquestinas que empezaron a llegar en fiestas a los pueblos del valle ofrecían un repertorio mucho más amplio y atractivo, que se erigía en alternativa clara frente a un baile que era único, y que pocas veces evolucionaba.
En el caso concreto de Isaba se sabe que en el siglo XIX el baile del ttun ttun se hacía alrededor de la casa de la villa; el número de personas que lo bailaban era el suficiente como para abarcar todo el perímetro del edificio consistorial, lo que nos da una idea de la popularidad de este baile. De hecho estamos ante uno de los pocos bailes en los que se admitía a todos a bailar, sin excepción, mientras que en otros bailes, y en otras muchas costumbres de la vida cotidiana, existía siempre cierta discriminación hacia los advenedizos y hacia las mujeres que habían sido víctimas de lo que se llamaba la fragilidad humana.
En tiempos, parece que el baile del ttun ttun se bailaba todos los domingos, y siempre después de la misa, como si de un complemento de la misma se tratase. Sin embargo los últimos testimonios, es decir, en los últimos años de existencia de esta danza, nos dicen que se bailaba siempre por la tarde; y que en Isaba se bailaba únicamente los días 25 y 26 de julio (fiestas de honor a Santiago) y el 16 de septiembre (festividad de San Ciprian, patrón de Isaba); mientras que en Uztárroz se bailaba el 24 de junio (festividad de San Juan), el 25 de junio (festividad de San Roque), y el 2 de julio (día de la Virgen del Patrocinio).
Otro dato muy curioso es que en Isaba hasta el último momento el ttun ttun se bailó vistiendo el atuendo roncalés, mientras que en Uztárroz los últimos en bailarlo lo hicieron ya sin indumentaria roncalesa.

Por otro lado, entre los actuales ttun ttunes de Isaba y de Uztárroz, todo parece indicar que el de Uztárroz o bien es más antiguo que el de Isaba, o bien no ha evolucionado tanto. Aquél ttun ttun de Uztárroz que desapareció hacia el año 1920 destacaba por su sencillez, y también por el hecho de que predominaba el ritmo marcado por el tambor; mientras que el de Isaba era mucho más animado.

Volviendo al caso concreto del ttun ttun de Isaba se pudo recoger en su momento, gracias al testimonio de los más ancianos, que era habitual, a la hora del baile, que aquellas mujeres que no querían bailar se presentaban en la plaza con la mantilla doblada sobre su brazo; signo este que hacía que los mozos desistiesen de invitarles a bailar. Por el contrario, las que estaban dispuestas a bailar acudían a la plaza sin la mantilla, o si la habían llevado, inmediatamente se la pasaban a las que no iban a bailar para que se la guardasen durante el baile.
Y en el caso concreto del ttun ttun de Uztárroz, según investigó Marisol Otermin, “antes de comenzar el baile, los mozos y mozas por lo general estaban en amena conversación, por lo que el del tambor tocaba unos compases para indicar que comenzaba el baile”.

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